Mito de las dos Españas

La idea de la fractura entre dos formas históricas de entender nuestro país, tiene un amplio recorrido, aunque adquiere su mayor relieve desde el convulso siglo XIX, pasando por las etapas republicanas, hasta la cruel contienda en que ambas se enfrentaron durante la Guerra Civil, que significó la visibilización de las mismas en un choque tectónico con la  intención del aniquilamiento de una frente a la otra. La represión posterior y las graves heridas causadas llagan a nuestros días como una dualidad difícil de superar. Autores como Mariano José de Larra, Benito Pérez Galdós o Antonio Machado, la trataron extensamente en sus escritos  como una confrontación inevitable entre realidades: por un lado la nacional católica, conservadora y reaccionaria de derecha; y por otro la visión progresista, liberal de izquierda. Todo un mito tenebroso instalado en el inconsciente colectivo de pugnas cruentas, maldades insospechadas y sempiternos enfrentamientos que adquieren su expresión plástica más significativa en “la lucha a garrotazos” de Goya. La polarización actual en la vida política es una triste consecuencia de ello.

Esta que presento es una performance que pretende superar la dualidad, una acción que intenta trascender el maniqueismo, superar la tópica dicotomía, pues es anacrónico considerar al adversario ideológico como si se tratara de una lucha contra el bien y el mal, siempre encarnado por el otro bando. Y de este modo plantear la tesis indispensable en cualquier cultura democrática de respeto a la otredad, diálogo e integración, y acatamiento de las normas del juego, siempre apuntando a la reconciliación para superar el así llamado Mito de las dos Españas.