Fiesta de los maniquíes

Rígidos los cuerpos
los maniquís bailan
con el rojo de sus labios
el brillar de su cabello
Miradas de cristal
bajo el saxo envueltas
perfecciones en los rizos
sus gargantas secas

Con esta letra de German Coppini, de su famoso tema Fiesta de los maniquíes de 1984 con el grupo Golpes bajos, el desaparecido músico nos presentó un enigmático trabajo, en el que estos seres inertes parecen no sólo adquirir vida, sino pasarlo bien y hasta hacer sus juergas discotequeras. Y es que esos extraños personajes que habitan los escaparates de cristal en los comercios, de apariencia artificialmente humana, se parecen demasiado a nosotros para que pasen desapercibidos a nuestra capacidad de elucubración.

En esta performance lumínica, Javier Flores proyecta sobre superficies fotoluminiscentes un confuso mundo de sombras, donde no se puede distinguir lo que proviene del propio cuerpo del performer, de lo que procede de las figuras inanimadas y carentes de identidad de los maniquíes. El artista juega con sus formas como si de marionetas se tratara, prestándose para cualquier experimento: se pueden desmembrar para construir unos seres híbridos, fragmentarlos incongruentemente, recomponerlos al azar, injertarlos de maneras imposibles en ocasiones… heterogéneos en su naturaleza pero que dan la sensación de querer existir.

32 fiesta de los maniquies portada

Art Baniana. Muestra de arte contemporáneo en Baena
5 diciembre, 12 h
Casa de la Cultura